La primera visita al dentista es un momento importante para cualquier niño… y para su familia. Acudir a un especialista en odontopediatría no solo ayuda a detectar posibles problemas dentales a tiempo, sino que también establece una relación positiva con el cuidado bucal desde pequeños.
En este artículo te contamos cuándo debe hacerse esa primera visita, qué esperar y cómo prepararla para que sea una experiencia positiva y tranquila.
¿Cuándo debe ser la primera visita al dentista?
Los especialistas en odontopediatría recomiendan que la primera visita se realice entre los 12 y 18 meses de vida, o bien cuando erupciona el primer diente.
Aunque parezca pronto, se trata de una visita de control que ayuda a:
- Detectar alteraciones tempranas
- Enseñar hábitos de higiene adecuados desde el inicio
- Prevenir caries de la infancia temprana
- Resolver dudas sobre alimentación, uso de chupete o succión digital
¿Qué pasa durante la primera visita?
La cita suele ser breve, sin tratamientos. Se centra en:
- Exploración visual de encías, lengua y dientes temporales
- Evaluación del desarrollo óseo y dental
- Orientación a los padres sobre cepillado, dieta y prevención
- Establecer una rutina de visitas cada 6-12 meses
Todo se realiza en un ambiente lúdico, amable y adaptado a la edad del pequeño.
¿Cómo preparar a tu hijo o hija?
- Habla con naturalidad del dentista, como de cualquier otra visita médica
- Juega en casa con muñecos o cuentos para anticipar la experiencia
- Evita frases como “no te va a doler” (pueden generar miedo)
- Acude sin prisas, con tiempo y después de dormir y comer bien
¿Por qué es importante empezar pronto?
- Prevención real: cuanto antes se detecten hábitos o problemas, más fácil será corregirlos
- Evita traumas: cuando el niño se habitúa al dentista sin dolor, no desarrolla miedo
- Fomenta la salud futura: los buenos hábitos desde pequeños se consolidan en la adultez